La incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a la educación cobró mayor fuerza en la región a partir de la pandemia de Covid-19. Los diferentes países incorporaron diferentes tecnologías para dar continuidad a las clases durante las fases de confinamiento preventivo o limitación de la movilidad.
En ese sentido, el Ministerio de Educación (MINED) de Nicaragua apeló al dictado de clases por TV pública para los alumnos de escuelas primarias y secundarias. Para ello se realizó un repaso de los contenidos abordados por los docentes en el trimestre del Curso Escolar 2021, como parte de los preparativos para el primer corte evaluativo.
El objetivo de las autoridades es que las teleclases tengan un papel determinante al fortalecer los aprendizajes de los estudiantes y de esta manera obtener mejores resultados académicos. Entre el 2020 y 2021 se han producido 836 programas educativos, los que son preparados por 46 docentes.
El plan también contempla la educación para jóvenes y adultos, que contarán con contenidos adaptados a los conocimientos previos de los protagonistas y se realizan con clases prácticas. El objetivo es mejorar la calidad educativa y la preparación de este sector de los estudiantes para esta modalidad.
Si bien la solución que buscaron las autoridades de Nicaragua para sostener la continuidad pedagógica en tiempos de pandemia es positiva, cuenta con algunas contras. Entre ellas la principal es la imposibilidad de interactuar con los alumnos. Las transmisiones de TV de carácter educativo pueden ser una herramienta útil, pero carece de la posibilidad de constar si los alumnos entendieron lo expuesto por los docentes.
En ese sentido, los procesos de tele educación que incluyen servicios de banda ancha son más eficaces y permiten llevar adelante procesos tanto sincrónicos (con videollamadas) como asincrónicos (tareas y contenidos subidos a algún tipo de plataforma). Esta modalidad experimentada en otros países de América Latina posibilita una mejor opción para mantener la actividad pedagógica cuando no se puede sostener la presencialidad por cuestiones sanitarias.
En particular, tecnologías como banda ancha móvil que por sus condiciones llegan a una mayor cantidad de personas y abarcan mayores coberturas. Tecnologías como LTE, y en un futuro cercano 5G, aparecen como alternativas robustas que permiten ofrecer acceso a gran velocidad a la población.
Para ello, es fundamental que las autoridades de Nicaragua generen las condiciones necesarias para que estas tecnologías tengan un desarrollo saludable en el mercado, lo que implica promover acceso a suficiente espectro radioeléctrico para servicios móviles. Esto será de vital importancia para el desarrollo de redes 5G, que precisan de bandas bajas, medias y altas.
Por otra parte, y pensando en una planificación de las redes, es necesario que los operadores cuenten con una agenda de futuras licitaciones de espectro. Esta planeación permite a la industria tener mayores certezas al momento de invertir en el país. En esa línea es importante que se reduzcan las trabajas burocráticas que pesan sobre el sector.
Las políticas que busquen reducir los procesos legales que existen al momento de tender redes de telecomunicaciones son necesarias para incentivar a la industria. Principalmente la generación de una sola norma que aglutine las demandas de los distintos niveles del Estado, así como también las políticas de ventanilla única de trámites.
Si bien la iniciativa de programas por TV que busquen replicar las clases presenciales son una herramienta positiva para llegar a una gran parte de la población. Es necesario también que se trabaje en opciones que permitan la bidireccionalidad educativa, permitiendo a los docentes tener un mejor seguimiento de los alumnos.16