Metas de conectividad de UIT se reduce a 1.500 millones de personas para 2020

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) ajustó sus metas sobre expectativas máximas de conectividad para 2020. De considerar inicialmente una penetración de conectividad en el 60% de la población mundial para ese año, en 2017 ajustó el objetivo al 54%, lo que representa alrededor de 1.500 millones de personas.

De acuerdo con un estudio presentado por la UIT ante el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, actualmente el 53% de la población mundial carece de acceso a Internet, una proporción que se traduce en aproximadamente 3.900 millones de personas. Entre distintas razones, sobresale que muchos no tienen acceso debido a que habitan lugares remotos y carecen de infraestructura de telecomunicaciones, u otro tipo de infraestructura, que le acerque este tipo de beneficios.

El informe destaca también que parte de la población no ve los beneficios de la conectividad por diferentes cuestiones culturales o por analfabetismo. Además, remarca que la brecha digital se extiende a partir de las distinciones en ingresos, en educación y en género.

Cuando se analizan los habitantes desconectados a nivel regional, la UIT destaca que cuatro quintas partes están ubicadas en Asia-Pacifico y África.  En la primera de las regiones existen 2.400 millones de personas sin acceso, mientras que en el otro continente el número alcanza los 716 millones. Por su parte, la región de las Américas tiene un total de 349 millones de personas sin acceso a internet,  que representan el 35% del total de los habitantes.

En tanto, si se consideran los países por nivel de desarrollo, el mayor déficit se evidencia en los mercados menos desarrollados donde el 85% de la población aún no logró conectarse a Internet. En tanto que los países en desarrollo, entre los que se encuentra América Latina, esa brecha se reduce al 22%.  En ese sentido, destaca que la mitad de los desconectados habitan en países con un índice GINI/cápita inferior a los US$ (PPP) 6.500.

Por su parte, el informe detalla que, de la población no conectada, el 58% son mujeres. Además, el 60% habita en zonas rurales.  Por otra parte, los ancianos e individuos con bajo nivel educativo son grupos que también están excluidos. En el caso de los primeros el nivel de conectividad se mantiene por debajo del 10%, mientras las personas que accedieron a menor educación suelen permanecer desconectados.

El informe remarca que existen múltiples factores para determinar cuáles son las personas conectadas en cada uno de los países. Entre ellos destacan la disponibilidad de infraestructura desplegada, el estado de desarrollo de cada país, el entorno regulatorio, las características demográficas y el estatus socioeconómico de los mercados. El documento remarca que existe una fuerte influencia de la educación y los ingresos de los habitantes, así como también de la ubicación geográfica, a la que califica de determinante.

El documento hace también referencia a que la mayoría de los estudios sobre la brecha digital explican que muchas razones de que existan habitantes desconectados responden a la demanda. Es decir, que se presentan una serie de cuestiones culturales, alfabéticas, de capacitación y asequibilidad que influyen en la adopción de las TIC.  De acuerdo con UIT un 84% de la población viven dentro de áreas cubiertas por redes celulares 3G, mientras que un 53% lo hace bajo zonas con señal 4G. En contraste, sólo el 11% de la población mundial está bajo coberturas de banda ancha fija. Así, a las características culturales se les debe sumar la cuestión de infraestructura y la asequibilidad del servicio, ya que según el organismo el 57% de la población mundial no puede pagar por el servicio de acceso a Internet debido a los costos combinados de la terminal y el acceso.

El objetivo de la UIT para poder acercarse a las metas inicialmente planteadas es  lograr en Davos la alineación y colaboración de las diferentes instituciones en iniciativas y fomento de inversiones para promover la conectividad. También se tiene el propósito de maximizar las sinergias para ampliar los beneficios de la conectividad en el mundo. De acuerdo con la estimación de este organismo, es necesaria una inversión de US$ 450.000 millones para conectar 1.500 millones de personas que permita generar una reacción positiva en el entorno mundial en lo que respecta a la penetración de banda ancha.

El estudio es drástico al reconocer que las metas de la Agenda 2020 probablemente no se cumplirán. Destaca que entre los desafíos a cumplir están la búsqueda de  soluciones para llevar servicios a  las grandes poblaciones rurales y reducir las brechas de uso en todas las regiones.  Remarca que debe existir un enfoque pragmático y eficaz para aumentar la cantidad de personas conectadas, resaltando la existencia de estrategias a corto plazo que permitirán aumentar la cantidad de personas con acceso a Internet, como pueden ser las centradas en aumentar la conectividad en mujeres o la reducción de las cargas impositivas sobre los servicios y terminales de acceso.

La revisión del estudio realizado por UIT muestra que los procesos de reducción de brecha digital suelen ser complejos y alcanzan cuestiones que sobrepasan el despliegue de infraestructura y la asequibilidad del servicio. En otras palabras, existen cuestiones culturales que también deben ser consideradas por los Estados al momento de plantear una estrategia para terminar con las diferencias de acceso a internet entre sus habitantes.