A lo largo de las distintas entregas de Brecha Cero se conoció evidencia sobre cómo las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ayudaron a mejorar aspectos de salud pública a favor de los ciudadanos. Muchas de estas iniciativas, público y privadas, se ponen a prueba durante la crisis ocasionada por el virus COVID-19.
A nivel global existieron diferentes niveles de respuestas llevados adelante por los gobiernos con diferente éxito y varias acciones tuvieron puntos de encuentro con el uso de la tecnología. La rapidez con la que creció la enfermedad en la población obligó a ir modificando las acciones llevadas adelante por los gobiernos, y a emular aquellas que se iban observando terminaban por tener más éxito.
Para mediados de marzo de 2020, existía coincidencia en la comunidad médica internacional que Corea del Sur fue de los países que mejor logró combatir el virus. Existieron, en ese mercado hiperconectado, una batería de medidas que permitieron contener el virus, entre las que sobresalía el aislamiento de la población, el diagnostico masivo y temprano, hasta una mayor transparencia en los datos de gobierno.
A estas iniciativas le incorporó la apertura de los datos para incentivar la creatividad en la población para generar herramientas relacionadas a la tecnología. En ese sentido se crearon iniciativas como el Coronamap, sitio interactivo de las autoridades para compartir la información con los pobladores. El proyecto cuenta con información de la ubicación de las personas infectadas a partir del teléfono móvil, el uso de la tarjeta de crédito y la extracción de datos de imágenes CCTV.
Toda esta información se comparte con el resto de la población, que tiene acceso desde el paradero de los infectados en tiempo real, con detalles tan significativos como que asiento usaron en el cine. De esta manera, se buscó informar a la población cuales fueron los lugares que frecuentaron las personas infectadas para tratar de evitar así contacto con el virus.
La plataforma permitía también que quienes contaban con síntomas leves permanezcan en cuarentena domiciliaria, siendo controlados por una aplicación que facilitaba el diagnóstico e informaba al personal de salubridad sobre cualquier urgencia. En tanto aquellos turistas que regresaban de zonas de alto riesgo, debían descargar una aplicación en la entrada al país, que les posibilitaba reportar de qué manera cumplían la cuarentena.
Estas medidas fueron eficientes en parte porque Corea del Sur es un mercado hiperconectado, con una penetración de 129% de servicios móviles y 46% de banda ancha fija. Además de ser un mercado con una alta cobertura de servicios LTE y, desde abril de 2019, comenzó con las primeras experiencias de servicios 5G a nivel mundial. Así las cosas, el mercado contaba para cuando estalló la epidemia de COVID-19 con una red nacional de la nueva generación móvil.
Asimismo, en términos de espectro radioeléctrico es importante destacar que El Ministerio de Ciencia y TIC de Corea anuncio en noviembre de 2019 sus planes de entregar hasta 2.640 MHz de ancho de banda para 2026. Este espectro radioeléctrico se suma a los 2.,680MHz actualmente asignados para su uso en redes 5G.
En otras palabras, las autoridades de Corea del Sur no sólo se ocuparon de la población durante el estallido de la epidemia dentro del país con una respuesta ágil y aplicable a las necesidades de la población; sino que además había generado las condiciones analógicas para potenciar el crecimiento digital del mercado. Ejemplo de ello es la gran disponibilidad de espectro radioeléctrico que posibilitó desplegar las redes 5G, que a su vez fueron de gran utilidad para poder monitorear a todos los ciudadanos infectados y brindar información certera y en tiempo real al resto de la población.
Como se puede apreciar, el trabajo de las TIC y la conectividad fue de gran ayuda para que Corea del Sur sea visto actualmente como uno de los países más eficientes al momento de combatir el COVID-19.