La inclusión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el ámbito educativo tiene muchos acercamientos en la región. En términos generales el más desarrollado se basa en la entrega de dispositivos a los alumnos, enfoque que tuvo resultados diversos hasta ahora. La necesidad de repensar el formato escolar para aprovechar las nuevas tecnologías es fundamental al momento de la búsqueda de resultados positivos
América latina cuenta con diferentes experiencias en políticas educativas asociadas a las TIC. Para comprender de mejor manera estas opciones es necesario dialogar con quienes cuentan con una visión más amplia y detallada de la región. Entre esas personas está Francesc Pedró, quien lidera el servicio de asesoramiento en políticas educativa en la UNESCO, donde trabaja desde 2010. Anteriormente trabajó en el Centro de Investigación e Innovación Educativas (CERI) de la OCDE. De formación centrada en la educación, se licenció en la Universitat Autònoma de Barcelona y obtuvo un doctorado con una tesis sobre educación comparada en la UNED (Madrid). Posteriormente, realizó estudios postdoctorales en Políticas Públicas Comparadas en el Instituto de Educación de la Universidad de Londres (Reino Unido).
Sobre la realidad de las TIC y la Educación, Brecha Cero dialogó con Pedró:
Brecha Cero: ¿Qué importancia tienen las TIC al momento de auxiliar a la educación?
Francesc Pedró: Desde una perspectiva global se podría decir que el recurso a las TIC es imperativo, teniendo en cuenta que los alumnos viven en un entorno en que de una u otra forma están conectados. Las TIC forman parte de la vida cotidiana de los estudiantes, desde entretenimiento y comunicación hasta la realización de las tareas escolares.
Otra razón es que el contexto en que viven espera de ellos futuros ciudadanos y futuros trabajadores que desarrollen las competencias que les permita sacar valor de esas tecnologías, en economías donde las TIC juegan un papel cada vez más determinante.
Brecha Cero: ¿Cómo influyen los programas nacionales de inclusión de TIC en la educación?
Francesc Pedró: En realidad, los gobiernos tienen la ambición de que gracias a la incorporación de la tecnología se mejore la calidad de los procesos de aprendizaje, y en última instancia, transformar esos procesos en algo muchos más consonante con la vida, la sociedad y la economía del siglo XXI. Esa meta topa con la realidad cotidiana de lo que sería la vida en los centros escolares.
Hemos visto que los programas de introducción de la tecnología se convierten en nuevas fuentes de problemas en lugar de atender a las necesidades fundamentales de los docentes. Dicho de otra forma, la necesidad de utilizar la tecnología no emerge de la realidad cotidiana del aula, sino que es percibida por los docentes como una demanda externa que se añade a otras múltiples demandas que deben atender.
Así existe este divorcio entre lo que son las expectativas que los gobiernos puedan tener y la realidad cotidiana de las aulas. En particular en América Latina no se persigue la necesidad del uso de la tecnología por parte de los docentes. Al punto que algunas personas han contrapuesto el concepto de nativos digitales, a otra que corresponde más a la realidad cotidiana que son huérfanos digitales, porque nadie les acompaña en lo que es el proceso de descubrimiento de las nuevas tecnologías para un uso responsable.
Brecha Cero: ¿Cuál es el valor de los planes de una computadora por niño en la educación?
Francesc Pedró: Sobre esto hay muchas valoraciones posibles, lo cierto es que si se mira en concreto el caso de América Latina, y en especial de Cono Sur, hay una experiencia que es muy sobresaliente en este sentido: Uruguay. Sin embargo, las evaluaciones no terminan de demostrar que esas inversiones hayan traducido de hecho en la mejora de los desarrollos académicos.
Esas distribuciones masivas son eficaces en todo lo que tiene que ver con la lucha contra la brecha digital, es decir se ofrece a alumnos y alumnas que de otro modo no tendrían acceso a la tecnología y la conectividad. Pero por otra parte también se ha criticado que son redundantes, es decir que cada vez más son muchas las familias que ya han equipado a sus hijos, primero eran ordenadores y ahora cada vez más son smartphones y tabletas. Por tanto, en lugar de ser universales deberían ser centradas en los alumnos y alumnas cuyas familias no disponen de los recursos.
En segundo esa distribución no garantiza el uso apropiado. Ni siquiera garantiza el uso, es decir la experiencia de los países más desarrollados demuestra que las tasas de uso real de los dispositivos en las aulas se pueden contar diariamente por minutos. Es una inversión que consume unos recursos que se hubieran dado en otras partes del sistema tendrían mejor fruto.
Es decir la distribución de los dispositivos, las políticas universalistas de acceso, no garantizan para nada que esa ventana de oportunidad se materialice en una educación de mejor calidad. Pero la inacción, la no política, podría tener efectos más perversos, a medio y largo plazo. Por lo que es necesario encontrar ese equilibrio.
Brecha Cero: ¿Cómo observa el panorama de la Tele Educación en América Latina?
Francesc Pedró: El panorama es tan diverso, como lo son los niveles de desarrollo en América latina. Ya sea comparando países entre sí, o comparando la situación dentro de los países.
Por ejemplo, la Unesco está trabajando actualmente en un estudio que utiliza muestras significativas de alumnos de 12 años de edad en 17 países de América Latina. Allí se demuestra con toda claridad que los niveles de acceso a la tecnología son muy distintos de acuerdo al estatuto socioeconómico de las familias. Esta es una realidad que refleja la situación de inequidad que se produce en otras muchas esferas América Latina.
Por eso, las políticas públicas que buscan atacar esta cuestión deben considerar que la tecnología y los dispositivos tienen usos múltiples, y por consiguiente, quizá sea más interesante el uso por su efecto inmediato en términos de equidad de acceso, que no efectivamente su capacidad de realización del ideal de una educación. No podemos esperar que poner a los chicos en relación con la tecnología se traduzca inmediatamente en una educación de mejor calidad.
Para discutir la inclusión de las TIC en educación, hay que partir de la base de que quizá el modelo de escuela, y de aula, que nosotros tenemos es un modelo heredado del siglo XIX y que quizá no corresponde con los objetivos educativos que hoy tenemos marcados. Por eso es muy importante que las políticas tecnológicas en educación se acompañen de una reflexión mucho más profunda acerca de cuál es el modelo de escuela, el modelo de relación profesor alumno, y el prototipo de procesos de aprendizaje que una sociedad del siglo XXI.
Brecha Cero: ¿Qué medidas cree que aún faltan por desarrollar en América Latina en términos de Tele Educación?
Francesc Pedró: La región está viviendo una especie de situación esquizofrénica, que vivimos en muchos países desarrollados. Que por una parte, el subsector de enseñanza superior avanza muy rápidamente en el uso de la tecnología en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por otra parte tenemos el subsector escolar donde encontramos muchas dificultades.
Pero no son dificultades que podemos decir que los docentes vivan ajenos a la tecnología, porque de manera privada acceden. Sino que hay dificultades en el uso de la tecnología con fines educativos, por una parte la arquitectura escolar, tanto en el sentido de lo físico como en el sentido de la ingeniería de los procesos no ayuda a que se pueda sacar partido de la tecnología. Además, a los docentes no aprenden ellos mismos cuando están formándose para sus funciones en un entorno donde la tecnología juegue un papel determinante.
Brecha Cero: ¿Qué importancia tienen la conectividad y las tecnologías inalámbricas en el desarrollo de la Tele Educación?
Francesc Pedró: La tecnología inalámbrica es verdaderamente el futuro. Diría más, dentro de poco tiempo empezaremos a ver que algunos países de América latina dejan de invertir en equipamiento y se invertirán mucho más en la calidad de la conectividad. Porque ya no es el acceso al dispositivo, por consiguiente mi perspectiva es que en los próximos años las grandes inversiones se harán en términos de conectividad.
Y ahí yo creo que el sector privado, y los fondos de servicios universales, se van a destinar a lo que realmente cuenta que es la calidad de la conectividad. O sea, la certeza de que existe equidad de acceso a la conectividad y que, por otra parte, la calidad permita efectivamente un uso avanzado.