Entrevista a María Cristina Sellmann, Head de SCR de Ericsson para el Cono Sur de Latinoamérica. Parte II
La digitalización es una meta que persiguen aquellos países que buscan avanzar dentro de la economía global. En América Latina forma parte del programa de desarrollo de varios mercados, donde existe un trabajo conjunto con el sector privado para poder mejorar tanto las condiciones productivas como la calidad de vida de los habitantes.
Sobre estos temas, Brecha Cero dialogó con María Cristian Sellmann, Head de SCR de Ericsson para el Cono Sur de Latinoamérica. En su cargo es responsable de impulsar la estrategia y ejecutar iniciativas relacionadas con la sustentabilidad ambiental, la responsabilidad corporativa y la inclusión digital.
Sellmann cuenta con más de 20 años de experiencia en un entorno intercultural en el sector de las telecomunicaciones, con una sólida experiencia en varios puestos gerenciales y diferentes áreas en Ericsson, principalmente en la mejora de procesos y operaciones, gestión del cambio, abastecimiento, desarrollo y ejecución de estrategias. De formación licenciada en Administración de Empresas, posee una maestría en Desarrollo de Negocios e Innovación Sostenible y posgrado en Negocios Estratégicos.
Brecha Cero: ¿Cuál es la importancia de las tecnologías de banda ancha móvil en el desarrollo de la economía de América Latina?
María Cristina Sellmann: Según GSMA, Mobility Economy report 2022, las tecnologías y servicios móviles representarán alrededor del 7,4% del PIB de América Latina en 2021 (un importe de más de 345.000 millones de dólares), generarán más de 1,5 millones de puestos de trabajo y financiarán al sector público a través de las tasas y los impuestos pagados por el sector (alrededor de 30.000 millones de dólares).
Para 2025 se espera que crezca a unos 20.000 millones de dólares, a medida que los países de la región se beneficien de las mejoras de productividad y eficiencia relacionadas con el mayor uso de productos y servicios digitales.
Según una investigación realizada por Ericsson junto con el «Imperial College in London» y «The Economist Intelligence Unit», existe una relación directa entre el aumento de las tasas de adopción de la conectividad y el crecimiento económico de un país. Incluso pequeños aumentos de la conectividad pueden generar grandes ingresos, una población más sana y un aumento significativo del PIB. Por ejemplo, el estudio muestra que, si países como Brasil y El Salvador adoptaran el mismo nivel de conectividad que Finlandia, podrían tener un aumento potencial del PIB del +6,6% y el +9,1% en 2025, respectivamente.
Brecha Cero: ¿De los diferentes sectores de la economía, como la banca, la agricultura, el turismo o la industria manufacturera, en cuáles cree que estas tecnologías tendrán más impacto?
María Cristina Sellmann: Cualquier sector de la economía puede beneficiarse del uso de la conectividad, especialmente de la banda ancha móvil, y aumentar su agilidad, eficiencia, seguridad y beneficios. La conectividad permite no solo la transformación digital y la creación de nuevos productos y servicios, sino también negocios sustentables. Los siguientes ejemplos ilustran el impacto de la tecnología en sectores como el automovilístico, manufactura, aeropuertos, minería, puertos, logística y transporte.
Para la industria del automóvil, la tecnología celular permite convertir el auto en un dispositivo que se conecta con el mundo con la misma facilidad que un teléfono inteligente. Por no hablar de la posibilidad de vehículos autónomos guiados automáticamente y taxis robot. Según BCG, en 2025 la tasa de vehículos conectados en las carreteras será del 53% y del 77% en 2030.
En la manufactura, la llamada Industria 4.0, la digitalización proporciona operaciones más ágiles con layouts flexibles, más modernas con el uso de inteligencia artificial y robots móviles autónomos, y más inteligentes porque transforma los datos en acciones concretas que aumentan la productividad y la sustentabilidad.
En los aeropuertos, mejorar la conectividad significa mejorar la eficiencia, ofrece mayor seguridad a los usuarios, una experiencia de viaje más ágil y, además, ayuda a reducir costes. Todos estos factores sirven para aumentar la fidelidad de los clientes.
En la minería, la digitalización hace que las operaciones sean más eficientes y seguras, ya que muchas acciones pueden realizarse remotamente o de forma automatizada y autónoma.
En el caso de los puertos, en cuanto a la logística y el transporte, la banda ancha proporciona una supervisión inteligente de sus activos para lograr eficiencia operativa, racionamiento de recursos, reducción de costes y mejora de la seguridad. Por ejemplo, la digitalización 5G del puerto de Livorno (Italia) ha supuesto un ahorro de costes de 2,5 millones de dólares al año y un aumento de la productividad del 25%.
En general, la digitalización es también una herramienta que refuerza a los sectores para hacer frente a las crisis (económicas, climáticas, etc.), como se desprende de un estudio realizado por Ericsson, denominado «Industry Lab». El informe muestra que el 90% de las empresas que tienen una estrategia clara de resiliencia (capacidad de adaptación en tiempos de crisis) han invertido y están invirtiendo en digitalización y automatización.
Brecha Cero: ¿Qué iniciativas cree que se necesitan en el mercado para aumentar la adopción de servicios de banda ancha móvil en diferentes sectores productivos del país?
María Cristina Sellmann: Es fundamental que los sectores público y privado trabajen juntos para ampliar la atención, la inversión y el acceso a la conectividad. Junto a la legislación y políticas que incentiven, regulen y controlen la etapa de conectividad móvil de cada país de manera clara y precisa, permitiendo que se puedan adoptar medidas personalizadas para cada país.
También es importante que exista un ecosistema que estimule el proceso de transformación digital de los diferentes sectores productivos y el continuo desarrollo tecnológico, generando innovaciones con un impacto positivo y sostenible en los productos, servicios y negocios de América Latina y, consecuentemente, en su desarrollo socioeconómico y ambiental.