Entrevista a Paula Coto, directora ejecutiva de Chicas en Tecnología. Parte II
Las tecnologías de la comunicación y la información (TIC) tienen cada día mayor preponderancia en el desarrollo de las sociedades y las economías del mundo. La formación en carreras orientadas a esta tendencia se vuelven una herramienta de inclusión, por ese motivo es importante ampliar el acceso a los diferentes géneros.
Sobre este tema, Brecha Cero dialogó con Paula Coto es directora ejecutiva de Chicas en Tecnología. Quien cuenta con un Magíster en Educación por la Universidad de San Andrés y magíster en Políticas Públicas por la Universidad de Strathclyde, Glasgow; es además Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires. También fue becada por los gobiernos de Argentina y Reino Unido para sus estudios de posgrado. Además, fue reconocida con la participación en el Emerging International Leaders Programme de la organización Cumberland Lodge y el Programa Mujeres Líderes del Cono Sur de Voces Vitales.
Brecha Cero: ¿Cuál es la situación de la brecha digital de género en América Latina y el Caribe?
Paula Coto: El mundo del trabajo está atravesado por la desigualdad de género. Según investigaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la mayoría de los países de la región, la proporción de mujeres graduadas de carreras relacionadas a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática- habitualmente denominadas como disciplinas STEM- no supera el 40%. En Argentina, por ejemplo, el 34% de las personas que estudian carreras universitarias relacionadas a las disciplinas STEM son mujeres, y ese número desciende a 17% si solo tomamos las que estudian recorridos relacionados a programación (CET, 2022).
Estas disparidades se reflejan también en el mercado laboral. Las mujeres representan el 26% de los trabajadores de tecnología en total. (García-Peñalvo et al. 2022). Los techos de cristal, pisos resbaladizos, diferencias en los sueldos, condiciones de trabajo son algunas de las barreras que afectan al desarrollo de las mujeres.
La baja participación de las mujeres en los trabajos, profesiones y roles que tienen mayor demanda y remuneraciones más competitivas produce desigualdad. Tal es el caso de los sectores productivos de la ciencia y la tecnología, que son intensivos en investigación, desarrollo e innovación. Las competencias que las mujeres aportan a estos sectores tienen un valor económico: en el caso particular de América Latina, eliminar las barreras de acceso al mercado de trabajo resultaría en un aumento de producción de bienes y servicios del 23% (Chicas en Tecnología, 2022).
La falta de acceso de las mujeres en estas áreas produce desigualdades individuales, así como limitaciones en la producción de soluciones tecnológicas.
Brecha Cero: ¿Cuáles son las iniciativas que lleva adelante Chicas en Tecnología para reducir esta brecha?
Paula Coto: Desde 2015, Chicas en Tecnología desarrolla programas gratuitos que motivan, forman y acompañan a las jóvenes de la región para que sean la próxima generación de mujeres líderes en tecnología.
Trabajamos para que personas de 13 a 23 años de América Latina que se identifican con el género femenino conozcan las oportunidades que tienen en el ámbito tecnológico y desarrollen sus recorridos académicos y laborales en las áreas STEM.
A través de nuestros programas, en el último año 4.000 jóvenes de 15 países de la región crearon más de 300 soluciones tecnológicas con impacto social. Buscamos que cada vez más chicas potencien sus habilidades técnicas (como pensamiento computacional), las habilidades cognitivas avanzadas (como pensamiento crítico o resolución de problemas), las habilidades blandas (como la comunicación o el liderazgo) y las habilidades de impacto (como empatía o capacidad de crear redes) para fomentar el liderazgo de mujeres jóvenes en el sistema emprendedor tecnológico.
A su vez, realizamos investigaciones con el objetivo de construir datos locales y actualizados para conocer la problemática, visibilizarla y actuar sobre ella. Compartimos los datos con la sociedad, con el sector educativo y académico, el ámbito público y privado para generar un compromiso social que lleve a que más jóvenes de la región sean protagonistas en las disciplinas STEM.
Brecha Cero: ¿Cuáles son los retos que aún deben afrontar para llevar adelante su tarea?
Paula Coto: En los últimos años, hubo un avance en la agenda de derechos de niñas y mujeres en América Latina. Esto amplió las conversaciones sobre la participación que las mujeres tienen en diversos sectores, y el caso de las carreras STEM no fue la excepción.
En 2020, desde CET realizamos una investigación, “Una carrera desigual: la brecha de género en el sistema universitario de Argentina”, para visibilizar la brecha de género en disciplinas STEM, conocer sus particularidades y elaborar soluciones integrales y a largo plazo que contribuyan a reducirla. Según datos de la misma, entre 2011 y 2019, la tendencia muestra que los estudios en STEM crecen a menor ritmo que los estudios universitarios en general. Además, la proporción de mujeres que estudia carreras de programación disminuye: pasó del 19% en 2011 al 17% en 2019.
Desde Chicas en Tecnología consideramos que es fundamental acercar a las jóvenes al mundo de la tecnología desde temprana edad para vencer los estereotipos de género y barreras culturales que les impiden considerar como una opción para ellas las carreras en STEM. En una investigación que hicimos desde CET junto a JPMorgan encontramos que el 43% de las jóvenes menores de 17 años no conoce roles modelos cercanos de mujeres que trabajen en tecnología. Por eso, consideramos importante visibilizar a las referentes del sector para motivar su estudio.
La tecnología atraviesa disciplinas, profesiones y ámbitos de interacción. Para que sea posible desarrollar entornos justos y democráticos es necesario que todas las personas tengan acceso a conectividad, dispositivos y alfabetización digital para que puedan ser protagonistas de sus procesos de aprendizaje y tengan las mismas posibilidades de acceder a puestos de trabajo que ofrecen ventajas como sueldos competitivos, posibilidad de crecimiento y de ser parte de sectores dinámicos de la economía y la industria.