Entrevista a Oscar González, consultor y asesor en regulación de telecomunicaciones, tecnologías de la información y las comunicaciones y economía digital. Parte I
La irrupción de la pandemia de Covid-19 modificó por completo las condiciones productivas de los países de América Latina. En ese entorno las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) jugaron un papel fundamental para mantener activas las relaciones sociales, la educación y las actividades diarias de los habitantes.
Sobre estos temas Brecha Cero dialogó con Oscar M. González, consultor y asesor en regulación de telecomunicaciones, TIC y economía digital. Además es profesor en el Programa de Derecho de Internet y Tecnologías de las Comunicaciones, Centro de Estudios en Tecnología y Sociedad de la Universidad de San Andrés, Argentina. De formación abogado, es egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, y cuenta con un Master of Laws de la Universidad de Maastricht, Holanda.
Anteriormente se desempeñó como Subsecretario de Regulación de la Secretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la República Argentina. También fue ex director de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales S.A. – ARSAT. Durante 2017 presidió la Conferencia Mundial de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Brecha Cero – ¿Qué importancia tiene el acceso a las TIC para los países que tuvieron que enfrentar la pandemia de Covid-19?
Oscar González – Los servicios TIC nos permitieron sostener la vida cotidiana, pero más relevante aún las actividades económicas, productivas y sociales como pueden ser la educación, el trabajo, el e-commerce. Sobre todo en nuestra región, donde el e-commerce no tenía la proyección que tiene en mercados más desarrollados.
El impacto que han tenido las TIC en la sociedad en su conjunto ha sido muy significativo. Y eso se refleja en el lugar que han llegado a ocupar las TIC, la conectividad, las discusiones sobre plataformas y servicios digitales en general, en la agenda pública. Porque eran temas de agenda para grupos especializados, pero la pandemia permitió que esto se convirtiera en uno de los temas centrales de debate para la sociedad en su conjunto, para el común de los ciudadanos y también para la dirigencia política. Se convirtió en una cuestión de Estado, con todo lo bueno y también lo malo que eso tiene.
Una segunda reflexión está relacionada con la idea de que la pandemia sirvió de catalizador para acelerar el proceso de transformación digital, aunque muchas veces forzado. Un proceso que aceleró exponencialmente la transformación digital, que quizá nos hubiera llevado muchos años hacerlo si no se daban determinadas condiciones. También expuso las enormes inequidades que se observan en nuestra región, que no son sólo digitales. Son problemas de acceso a la infraestructura, de asequibilidad, que no son propios de las comunicaciones y de los servicios digitales sino que en general se observaba en cualquier ámbito del desarrollo socioeconómico. Esa es otra de las fotos, un tanto dura, que nos dejó la pandemia.
Brecha Cero – ¿Qué ventajas de conectividad presentan las tecnologías móviles en los países emergentes?
Oscar González – Sin dudas que hoy las redes móviles o los servicios móviles son el gran motor de incorporación de los ciudadanos al acceso a Internet y a los servicios digitales. Y esto es más patente en las áreas urbanas o de mayor densidad poblacional, donde las familias cuentan con el acceso móvil como uno de los servicios básicos más esenciales para llevar adelante su vida familiar, su vida social e incluso su vida laboral.
En las áreas rurales, de baja densidad de población o remotas, es un poco más complejo porque las redes móviles tienen en nuestra región serios problemas de penetración. Pero también los tienen las redes fijas. Así que allí hay un verdadero nudo en cuanto al acceso a la infraestructura.
Igualmente en nuestros países las redes móviles son la principal herramienta para acceder a internet y acceder al proceso de transformación digital. Han sido una importante herramienta, se han visto en todos estos meses importantes discusiones, e incluso anécdotas y testimonios empíricos de chicos que han tenido que estudiar de forma remota y utilizaron sus móviles para hacerlo. Con las ventajas y con las enormes desventajas que eso presenta respecto de aquellos chicos que pueden tener su propia computadora, su propio dispositivo en el ámbito familiar para poder trabajar. Pero ahí volvemos al tema no sólo del acceso, sino también de la asequibilidad, donde la compra del dispositivo representa una barrera de acceso. Sin dudas que las redes móviles han cumplido un rol fundamental en todo este proceso.
Brecha Cero – ¿Qué sectores de la economía o la sociedad entiende que utilizaron el mejor acceso de banda ancha en tiempos de pandemia?
Oscar González – El tema me gustaría abordarlo de manera general, no sólo limitado a la pandemia. En esto que llamamos genéricamente transformación digital, quizás donde Latinoamérica presenta un mayor atraso es en la adopción de la tecnología en los procesos productivos. Allí tenemos un problema adicional, cierto nivel de atraso en la adopción de las TIC en el ámbito de la producción.
En ese sentido la pandemia nos ha servido en la comercialización, la relación de cliente proveedor, la relaciones B2B, pero no estoy seguro que esto se haya trasladado a todos los procesos productivos. Para darle a la tecnología un uso que incida en una mayor competitividad y en una mayor productividad. El uso de Internet de las cosas, de los datos, de todas las herramientas que la tecnología aporta para mejorar la productividad de la actividad económica. Allí creo que estamos haciendo muchos esfuerzos, pero aún con dificultades para llevarlo a la práctica.
En el caso de las relaciones comerciales hubo un aprovechamiento muy grande de la gente para mantener cierto nivel de actividad, principalmente ante las restricciones de circulación impuestas en los países.
Pero sería muy importante poner el foco en la manera en que la producción incorpora tecnología para mejorar la productividad y la competitividad de nuestros países. En el caso de Argentina, quizá el que más conozco, tenemos un sector agroindustrial muy importante, muy dinámico y con una gran incorporación de tecnología a la producción. Pero todavía nos faltan redes que permitan coberturas de las áreas rurales y que permitan contar con servicios más asequibles en cuanto a IoT, para poder tener medidores, sensores, que permitan mayor conocimiento de la actividad y mayor productividad, que también es mayor competitividad. Esto se traslada a muchos otros sectores de la economía, que es donde podríamos poner el foco. Y allí es donde 5G va a aportar algunas soluciones importantes.