La pandemia del Covid-19 obligó a modificar las condiciones de vida de la mayoría de los habitantes a nivel global. Casi todos los sectores de la sociedad vieron afectada su dinámica, por lo que debieron modificar sus condiciones para mantener el funcionamiento. En el caso de la Educación, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) representaron una gran herramienta para mantener la cotidianeidad.
En Bahamas, el Ministerio de Educación trabaja para poner a disposición de la comunidad educativa (alumnos, padres, docentes, directivos) diferentes recursos para poder sobrellevar las condiciones de aislamiento social. Para ello se desarrolló una plataforma virtual que atiende a más de 50.000 estudiantes inscriptos en las escuelas públicas, 25.000 en escuelas privadas y alrededor de 25.000 matriculados en la educación terciaria.
Las escuelas de Bahamas dejaron de brindar clases el 16 de marzo de 2020, como medida preventiva para reducir los efectos de la pandemia. Antes de esta medida, el gobierno había comenzado las pruebas de educación a distancia para unos 1600 estudiantes que pertenecían a centros educativos aislados de los centros urbanos.
Así las cosas, esa experiencia fue aplicada a la mayoría de los centros educativos que del país, que abarcan la educación inicial y primaria. En otras palabras, se apeló al uso de aulas virtuales en los niveles educativos que abarcan a los niños hasta 12 años de edad. Para alcanzar este objetivo existió un trabajo conjunto de diferentes áreas del Ministerio de Educación con los docentes, para preparar los materiales adecuados para estos niveles.
Además, la plataforma virtual cuenta con un proceso de registro de estudiante en línea, que posibilita contar con asistencia y cumplimiento de las tareas. Para que los jóvenes puedan inscribirse en la plataforma, se llevó adelante una campaña de comunicación que incluyó a medios tradicionales y redes sociales.
De esta forma, una semana después de suspendidas las clases, el Ministerio activó los contenidos para estudiantes de todos los niveles, al tiempo que la plataforma tenía registrados unos 9.000 alumnos iniciales. De todas formas, las autoridades trabajan para evitar que exista una brecha de aprendizaje entre los estudiantes que acceden a estas plataformas y aquellos que por diferentes cuestiones no pueden hacerlo, con el objetivo de garantizar reducir cualquier brecha de aprendizaje.
En este sentido, se vuelve muy importante el esfuerzo que se realice en mejorar la conectividad de todo el país. La posibilidad de que los hogares estén conectados permite que una mayor cantidad de alumnos asistan a las clases virtuales, por lo que reduce también las brechas que puedan existir en la educación.
Para ello es importante que existan incentivos desde las autoridades para incentivar el acceso a banda ancha, en particular por medio de servicios móviles que por sus características posibilita brindar acceso a zonas alejadas de los grandes centros urbanos. Así las cosas, tecnologías como LTE, y en un futuro 5G, se vuelven necesarias para generar estas condiciones de acceso.
En este marco, las políticas que busquen reducir las trabas burocráticas para el desarrollo de redes de telecomunicaciones son recomendables. Entre estas prácticas sobresale la existencia de una norma de alcance nacional que aglutine las demandas al momento de desplegar redes. Por otra parte es importante que se genere una ventanilla única de presentación de trámites, así como tiempos rápidos de resolución de los mismos.
Como se evidencia, Bahamas realizó un arduo trabajo en el sector educativo para poder aprovechar lo beneficio de la TIC. Sin embargo, es importante que se desarrollen otras políticas que incentiven la adopción digital y la conectividad en la población para de esa manera mejorar las oportunidades de éxito de la tele-educación.