El avance de la conectividad en América Latina posibilita distintos beneficios a la población, no sólo en términos de nuevos entretenimiento, sino también para mejorar las condiciones de vida de los habitantes por medio de la inclusión de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en sectores como salud o educación, e incluso la productividad con el teletrabajo.
La adopción de esta modalidad laboral cuenta con un escenario favorable en América Latina. Sin embargo, cada uno de los países presenta diferentes niveles de adopción de acuerdo a sus propias características. Así se refleja en el white paper Teletrabajo en América Latina, publicado por 5G Americas.
Si bien en muchos de los países aún existen prácticas incipientes, el teletrabajo ha permeado la región y pasó a formar parte ya de la realidad laboral de su población económicamente activa, con una participación cercana al 10 por ciento en países como Brasil y Argentina, y de entre el 2 y 4 por ciento en Chile y México, según estimaciones al año 2015 que está reflejadas en el estudio.
Entre los factores que potenciaron el desarrollo del teletrabajo sobresale la globalización, así como también una mayor adopción en las TIC y nuevos patrones productivos. Los cambios a nivel mundial tuvieron una repercusión directa sobre la forma de trabajo de los habitantes de los distintos países. En esas circunstancias, esta modalidad laboral se presenta como una oportunidad de generar mayores fuentes de empleo que pueden contribuir a la reducción de la brecha socioeconómica en la región.
Asimismo, su implementación no sólo permite cambiar radicalmente las condiciones de trabajo de la mayoría de la población activa, sino que también se presenta como una oportunidad al momento de aumentar la inclusión laboral. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el teletrabajo también fomenta la inclusión de las mujeres y personas con discapacidad en el mercado.
Por otra parte, aumentan las ventajas en lo que refiere a la disminución del impacto ambiental. De la misma manera se reducen los problemas de tránsito en las grandes urbes, reduciendo la cantidad de pasajeros que se trasladan a zonas de oficinas e industriales. También se generan beneficios para los empleados como reducción de costos y flexibilización de horarios y lugares de trabajo, entre otros aspectos, el teletrabajo también ofrece distintas modalidades de práctica.
A grandes rasgos, estas prácticas se pueden diferenciar a partir de la modalidad de empleo, es decir, entre teletrabajo autónomo de los profesionales independientes o empleados que usan las TIC para desarrollar sus tareas desde cualquier lugar. El estudio también destaca que la locación el teletrabajo funciona como diferenciador, así se puede distinguir entre teletrabajo suplementario, donde la modalidad remota convive y/o alterna con la práctica tradicional de laborar en la empresa; y el teletrabajo móvil, en el cual los trabajadores utilizan dispositivos móviles para ejecutar sus tareas, sin un lugar definido para realizarlas. De esta manera, los principales factores que determinan estas modalidades son el tipo de conexión, el lugar de trabajo y la relación contractual con las empresas.
Si bien el sector privado es el principal impulsor del teletrabajo, existen iniciativas desde el sector público que pueden potenciar su adopción. Es importante que desde los gobiernos, o entidades de fomento, se lleven adelante portales de información para los trabajadores, tal cual lo refleja el reporte. La implementación de estas iniciativas posibilita mejorar significativamente las condiciones de los teletrabajadores.
Sin embargo, para que el teletrabajo pueda extenderse de manera equitativa en la población es fundamental que los diferentes países de América Latina sigan impulsando la conectividad en cada uno de los mercados. En ese sentido, es importante que se incentive tanto la adopción como el despliegue de los servicios de banda ancha, en particular los de banda ancha inalámbrica ya que por sus características le posibilitan llegar de manera más eficiente a las zonas rurales y alejadas de grandes centros urbanos.
En ese escenario, la facilitación de espectro radioeléctrico para servicios de banda ancha inalámbrica es importante para que la industria pueda desplegar de manera más rápida este tipo de servicios. Es también importante que los Estados cuenten con una estrategia clara de las licitaciones futuras para permitira la industria una planificación a largo plazo que vuelva previsible el despliegue de las nuevas tecnologías.
También es fundamental que se reduzcan las trabas burocráticas para el desarrollo de redes de banda ancha para reducir los tiempos de despliegue de las redes y llegar de manera más rápida y eficiente a los usuarios con los nuevos servicios.
Por otra parte, los terminales de acceso son también parte fundamental del fomento del Teletrabajo. En otras palabras, la posibilidad de que los trabajadores tengan acceso asequible a sus dispositivos (tabletas, notebooks o smartphones) es un importante incentivo a esta modalidad de empleo.
El teletrabajo está en diferentes etapas en la región, en algunos mercados se encuentra en pleno despliegue, mientras que en otros se está consolidando. Las iniciativas públicas para potenciarlo, así como las privadas para incentivarlos, son fundamentales para que siga su crecimiento en América Latina.