La pandemia de Covid-19 obligó a modificar las condiciones educativas en la mayoría de los países de la región. Como medida preventiva los gobiernos optaron por incursionar en tele educación, en algunos casos utilizando las iniciativas previas realizadas y en otros aprovechando las herramientas disponibles en el mercado.
Las tecnologías móviles se presentaron en un gran aliado de las autoridades que permitieron la continuidad pedagógica a partir de la implementación de la tele educación. En el caso particular de Brasil, el principal dispositivo de acceso entre los estudiantes de escuelas públicas a sus aulas virtuales es el smartphone con el 71%, en tanto que para las escuelas privadas son principalmente las computadoras y las laptos (70%). La misma diferencia aparecen cuando se consulta cual es el principal dispositivos para hacer las tareas desde casa.
Los datos corresponden a una investigación realizada por Panorama Mobile Time/Opinion Box, donde fueron entrevistados 1.982 brasileños que poseen un smartphone y que son responsables de niños de entre 0 y 12 años.
La investigación refleja que los padres cuyos hijos estudian en institutos privados afirman que el 90% adoptó las clases online. En contraposición, los padres que tienen hijos en escuelas públicas remarcaron que el 69% tienen clase online. En tanto que cuando se analizan las tareas realizadas de forma virtual en el caso de las escuelas privadas alcanza el 91%, mientras que en las escuelas públicas llega al 79%.
La encuesta también revela que el uso de smartphone no es una elección de parte de los alumnos de escuela pública, sino una cuestión de disponibilidad de este recurso por sobre otros que pueden ser más cómodos como una notebook. Claramente los hogares más vulnerables contaban con menor acceso de notebooks y netbooks, así como con un mayor uso en los smartphones para acceder a las clases.
Esta situación se evidenció a partir del aislamiento social que obligó la pandemia de Covid-19, que obligó a las escuelas a realizar una transformación digital repentinamente. Tanto docentes, como los alumnos y las familias debieron adaptarse a una nueva modalidad educativa, adecuando tanto las clases como el material educativo a la modalidad en línea.
En Brasil, como en gran parte de América Latina, este acceso a las clases a distancia ocurrió de forma desigual, debido en parte a las brecha digitales en la sociedad. Principalmente las escuelas públicas son donde se observa mayor cantidad de alumnos de clases sociales más vulnerables, donde no todos tienen conexión a internet o dispositivo de acceso.
La encuesta también busca evaluar el acceso de los niños a los smartphones, según sus resultados a medida que van creciendo van incorporando el uso de los dispositivos. Entre los 0 y 3 años apenas el 12% cuenta con un smartphone (de los cuales el 66% posee una línea), entre los 4 y 6 años el 32% posee un dispositivo, ese porcentaje asciende al 52% entre los 6 y 10 años, mientras que los que tienen entre los 10 y 12 años cuentan con uno en un 76%.
Esta misma lógica se evidencia también en el tiempo de uso del smartphone. Es decir, que a mayor edad mayor es el tiempo que pasan los niños con el uso delante de la pantalla. De la misma manera, la mayoría de los padres consultados en la encuesta reconoce que limita el tiempo de uso del dispositivo.
Por otra parte, en lo que hace a las aplicaciones más usadas YouTube aparece como la líder, seguida de WhatsApp, casi sin importar la franja etaria. En tanto que la mayoría de los padres reconocen no contar con una herramienta particular para controlar el contenido que consumen.